Luis Ospina, Director Artístico del Festival Internacional de Cine de Cali por 11 años consecutivos, se despidió de este lugar para siempre el 27 de septiembre de 2019 al medio día.
Todo el equipo artístico, técnico y operativo acoge con gran tristeza esta noticia con la plena convicción de honrar su memoria. La versión 2019 la dejó totalmente lista antes de su partida y este año presentaremos su última curaduría, la cual alberga todo el ímpetu de su línea curatorial, una apuesta por un cine sin fronteras, libertario, transgresor y oculto. Luis puso en el mapa mundial del cine a nuestra ciudad, programó siempre vanguardias, trajo invitados inéditos y admiraba los clásicos del cine.
Para la décima primera versión de FICCALI propuso el eslogan “¡Vamos al cine!” con el cual confirmaba su espíritu fiel a la experiencia de una sala a oscuras y más en tiempos de streaming, como él puntualizó en el último comité conceptual del Festival.
Grande es su legado. Y en honor a él, esta versión será dedicada a su propio cine. Luis Ospina fue guionista, director y productor. Su filmografía comprende tanto películas documentales como de ficción, sumando más de 50 obras entre largos y cortometrajes, tanto para televisión y cine y en conjunto le fueron otorgados más de 45 premios y reconocimientos durante sus 40 años de trayectoria.
Luis además recibió en vida estas distinciones: Premio ‘Toda una vida’ del Ministerio de Cultura (2010), Tributo en el Festival de Cine de Cartagena (2016), Premio ‘Vida y Obra’ de la Secretaría de Cultura del Valle (2018), Caballero de la Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia (2018) y el grado Honoris Causa en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle (2007).
En el marco de la próxima versión de FICCALI a celebrarse entre el 7 y 11 de noviembre, se presentará la última película que dirigió : ‘Todo comenzó por el fin’ y la última en la que actuó: ‘La Fiera y la Bestia’.
Compartimos las remembranzas de personas cercanas a Luis en el proceso de FICCALI:
Ramiro Arbeláez, historiador de cine y uno de sus amigos, comparte cómo el Festival “creció rápidamente con su prestigio, con su criterio, con su gran conocimiento y con su popularidad, porque era una persona querida en muchos lugares del mundo, donde su obra y su persona siempre fue muy bien valorada.
Más que ser de Cali, el Festival era de Luis que con su entrenado OJO siempre nos trajo películas de vanguardia, las que están cambiando el cine en el mundo. Va a ser muy difícil reemplazarlo en esa labor, el mayor costo era asumido por sus amigos del mundo que lo invitaban permanentemente a sus festivales y muestras, o a rendirle homenajes que afortunadamente pudo disfrutar en vida”.
Sofía Suárez, quien fuera Asistente de Dirección en FICCALI durante 9 años, nos habla de Luis como “un hombre cariñoso, amable y respetuoso. Riguroso en su quehacer. Un constante hacedor. De pocas palabras pero de decisiones contundentes en su creación. Conocedor del lenguaje del cine y por ende sabía lo que quería hacer con las imágenes. No posó de ser intelectual, ni de querer saber mucho, ni de conocer las tendencias que facturaron la pantalla en mil formas discursivas. Solo estaba abierto a sus posibilidades. Eso le permitió impregnarle un sello muy propio al FICCALI. Se nos ha ido un gran pensador de la imagen”.
Rosario Caicedo, amiga y hermana del escritor Andrés Caicedo, dijo hace algunos años en un artículo que ella escribió sobre el Festival, y ahora, reitera enfáticamente en este momento que “Ver a Luis, es VER, buen cine, OÍR buen cine, RESPIRAR buen cine, SENTIR buen cine…es el palpar la magia incomparable (para todo cinéfilo) del séptimo arte, a través de sus palabras, de sus gestos, de su sonrisa tímida, de sus gruesos y grandes anteojos, que parecieran como si en sus lentes se pudiera proyectar una buena película: porque uno, oyéndolo solo hablar de cine, se transporta como por arte de magia al mundo extraordinario y misterioso de ese sol irradiante que para todo cinéfilo es la sala oscura del teatro”.
Gerylee Polanco Uribe, Productora y Asistente actual de Luis en la Dirección Artística, nos comparte que para ella “la cinefilia es un estado del alma en Cali y Luis sabía llevar esa alma en cada festival y en cada película que hacía. Supe que tenía negras y largas pestañas en su lecho de muerte, solo ahí lo pude ver sin gafas, las cuales eran parte de su mirada, esa que nos abrió no solo los ojos sino la mente. Gratitud infinita tengo con él por inspirarnos tanto a hacer cine de otras maneras, y por forjar FICCALI como un festival de cine en Colombia único en su tipo, ninguno iguala sus criterios curatoriales”.
Rubén Mendoza, cineasta y realizador del tráiler de FICCALI, nos dijo sobre Luis que “nunca vi un zombie más niño… ni un zombie más feliz. Ni un zombie feliz más insomne, ni más angustiado. Era una maestro de las muecas, asintomático como sus enfermedades, poco revelaba en la expresión, pero llegaba el día en que le regalaba a uno un abrazo que le dejaba claro a uno que uno viajaba en su corazón y él en el de uno… Me llamaron periodistas: lo único que les confirmé ante la duda de su muerte, es que él siempre estará vivo y siempre ha estado muerto. Viva don Luis. Enterito. Un hombre cineasta, un hombre cine, un hombre poema, un hombre pintura».
Finalmente, Diana Ledesma, coordinadora de Fortalecimiento y Festivales e Isabel Otero, coordinadora operativa del FICCALI, comparten sobre Luis que «su esencia siempre estuvo presente en cada versión del FICCALI las cuales construyó desde la simplicidad de su destacada trayectoria.
Gracias Luis, gracias por trabajar con nosotros hasta el último momento. Con nuestro equipo haremos del festival número 11 una versión memorable».
Tomado de: www.cali.gov.co/cultura