Los caleños hablamos despaaaaacio, nos tomamos nuestro tiempo, rumiamos las sílabas. Por eso, en todas las imitaciones televisivas o parodias radiofónicas, el caleño tiene hablado “de huevóm”, suena como un radio falloso de pilas o como un acetato que marcha a pocas revoluciones. Deberíamos empezar por el acento. Los caleños tenemos una forma particular de …