Adriel, reconocido corista y cantante nuyorican está de aniversario. A manera de celebración, nos comparte su nueva producción musical de título HECHO Y DERECHO, la misma que es una declaración y confirmación de lo vivido a lo largo de estas tres décadas de trajinar en escenarios musicales bien sea como corista de renombrados(as) cantantes y/o agrupaciones musicales del medio, o brillando con luz propia al frente de su propia agrupación. Un camino que él mismo ha construido, que lo ha moldeado y le ha brindado la madurez e identidad necesarias para seguir en la brega: explorando, aportando y plantando bandera.Adriel González nació y creció en El Bronx (New York), pero sus raíces (paterna y materna) lo vinculan a La Isla Del Encanto: su padre oriundo de Ciales y su madre, de Patillas. Aunque no vivió la experiencia, tuvo pleno conocimiento de la vida musical de su señor padre (guitarrista y cuatrista) quien integró (en Puerto Rico) diversos conjuntos y agrupaciones (tríos especialmente) dedicadas a difundir música romántica allá por la segunda mitad del siglo pasado.En su adolescencia y juventud temprana, acostumbraba a escuchar junto a sus contemporáneos la música rap que desde la década del 70 se había incubado en La Gran Manzana, y tomado cuerpo justamente en El Bronx entre la comunidad afroamericana. Sin embargo, para uno de sus cumpleaños, recibe de manos de su señora madre, una grabadora como regalo. No faltó, entonces, quien le regalara unos cassettes de Willie Colón y Héctor Lavoe, también algunos de ‘La Universidad de la Salsa’, El Gran Combo De Puerto Rico, despertando en Adriel un gusto especial porla música que hacíanestas estrellas del firmamento salsoso, desarrollando al coleccionista que es ahora, y motivándolo a ‘incursionar’ en la movida musical, cuando -de manera aficionada- se aprendía las letras del repertorio de las producciones de estos artistas.Con respecto a la faceta de coleccionista, diremos que el joven Adriel ni bien se hacía de unos ‘pesos’, dirigía sus pasos a una discotienda cercana y compraba los cassettes y long plays que allí encontraba del binomio Lavoe – Colón y de Los Mulatos Del Sabor hasta que, en cierta oportunidad, don Mike Amadeo, propietario del negocio en mención, le sugiere poner atención a unas producciones recientes y que con gran habilidad logró que su joven cliente las adquiriese. Se trataba de los trabajos musicales como solistas de Frankie Ruiz, Lalo Rodríguez y Eddie Santiago. Le seguirían luego, Luis Enrique, Gilberto Santa Rosa y Tony Vega. Todo esto complementado con su interés por conocer un poco más sobre la trayectoria de estas nuevas voces, asignación que le correspondiese al más ‘cocolo’ de sus ‘panas’. El paso siguiente fue asistir a las presentaciones que en La Gran Manzana realizaba ‘ManosDuras’ Ray Barreto, El Conjunto Clásico y otras grandes instituciones musicales y cantantes que brillaban en los incipientes 90s.Llega sin embargo la oportunidad que esperaba cuando su amigo Tony Pérez, quien ya lo había escuchado cantar, lo hace ingresar como corista a la orquesta del trombonista Edgar Joel. Este primer trabajo como profesional en la música le sirvió para hacerse de un dinerito y grabar, al año siguiente, dos demos de la mano de Pablo ‘Chino’ Núñez (el arreglista de los temas), quien convocó a un selecto grupo de músicos para ejecutar los mismos: Ricky González (piano), Abiud Troche (bajo), Héctor Rosado (tumbadoras), Jimmy Delgado (bongó), Tony Pérez (perc. menor), Keko Hernández (trompetas), Luis Bonilla (trombones) y en los coros, Ray Sepúlveda, Tony Pérez y el propio Adriel.